"Es inaceptable comparar el Holocausto con el secesionismo catalán".
Así de tajante se muestra en octubre de 2013 un representante del estado de Israel contra quienes de forma genérica asocian
nazismo a cualquier delito o incluso "mala práctica" (y yo creo que el
secesionismo se está encauzando muy mal y por tanto es una mala
práctica).
Creo que Israel está en lo cierto por dos razones:
1.
El Holocausto no tiene parangón; esto es, no es comparable con ningún
otro horror. No hubo ni hay en la historia un crimen tan terrible, tan
calculado, tan sangriento, tan enorme y ejecutado en tan corto espacio
(desde enero de 1942 a abril de 1945). Cualquier comparación resta
trascendencia al Holocausto y lo trivializa.
2. El respeto
a las víctimas de la Shoah obliga a ser muy cuidadosos con el uso que
demos a las palabras. Abusar de ellas para referirse a cualquier mal (en
minúsculas) puede vaciar de significado el concepto de Mal (con
mayúsculas).
Ser violador, torturador o asesino está muy
mal, pero ser genocida es algo cuanti-cualitativamente peor. El
Holocausto aglutina y supera aquellos vicios y los focaliza contra
millones de personas por el simple hecho de haber sido demonizadas. Ser
genocida es el Mal en estado puro, por muy banales que quisiera ver
Hannah Arendt a sus perpetradores. Es muy habitual ver aplicadoel
término “genocidio” a muchos crímenes que son otra cosa. Otra cosa mala,
pero otra cosa.
Sin embargo, aunque el Holocausto es
producto del nazismo hay que tener cuidado de no emplear ambas ideas
como si fueran intercambiables. Es cierto que no puede haber Holocausto
sin nazismo, pero el nazismo no es solo Holocausto. El nazismo -siendo
el Holocausto su peor monstruosidad (ocioso es repetirlo) - es muchas
más cosas y todas ellas abominables en diversos grados. Mientras que el
Holocausto afectó principalmente al pueblo judío y a los escasos
valientes que intentaron ayudarles, el nazismo afecto al hombre libre,
fuera gentil o judío.
El nazismo -como cualquier
totalitarismo- intentó acabar con las libertades y la vida de cualquiera
que se saliera del asfixiante corsé de su cosmovision de odio y
paraísos imaginarios. El nazismo aplastó con igual eficacia al
comunista, al intelectual desafecto, al general insumiso, al gitano, al
médico humanitario, al homosexual, al católico practicante, al objetor
de conciencia, al Testigo de Jehovah y hasta al SS asqueado de su
trabajo.
Y para aplastar con esa eficacia tan mortal e
inusitada, el totalitarismo nazi (también el soviético, como bien
demostró Nolte) emplearon unas herramientas de contundencia probada.
Veamos que incluye la "caja de herramientas" del totalitarismo:
1. Agitación y propaganda (en la URSS “agitprop”),
mediante la calculada manipulación de las masas. Tomar la calle como
prueba fehaciente de que cualquier idea del Partido es la encarnación y
la voluntad abrumadora del "Pueblo", sin pararse a pensar que siempre
existirán excedentes de "Pueblo" suficientes para llenar cualquier
calle. Las mismas calles de Berlín que en 1940 se llenaban de miles de
enfervorizados nazis, en 1950 se llenaban de millares de enfervorizados
camaradas comunistas.
2. Una tupida red de comisarios,
agentes secretos, organizaciones juveniles, sindicatos, paramilitares y
de "sociedades amigas de..." encargadas de monitorizar cada centímetro
de la vida pública y privada. Nada era más edificante que un hijo
delatando a sus padres y verlo en los documentales afirmar orgulloso
como había denunciado a su familia por ser anti alemanes (en el III
Reich) o anticomunistas (en la URSS).
3. Terrorismo
paraestatal (antes de la toma del poder) y de Estado (una vez usurpado
el poder) como fórmula rápida y sencilla de eliminar toda oposición y
disidencia y de neutralizar todo atisbo de reacción. El miedo neutraliza
y acalla la voz del ciudadano normal.
4. Leyes
excluyentes cínicamente camufladas como "protectoras" frente al agresor
exterior o interior. El "victimismo" como justificación de deudas
históricas, la compensación por afrentas ancestrales nunca prescritas y
el agravio como negocio.
5. Perversión del lenguaje, un
factor esencial de todo totalitarismo, como demostró magistralmente el
filólogo judío Klemperer. Asesinar pasa a ser "ejecutar" o "erradicar
los fundamentos biológicos", un judío se deshumaniza y pasa a ser un
"infrahumano", la eutanasia es "muerte por compasión"...
6.
Demagogia en su sentido más estricto de "halagar los oídos del pueblo" y
vertebración de un discurso simple y primario (asimilable por el
ortegiano "hombre-masa") basado en la raza, la sangre, el suelo
(nazismo), el credo (islamismo), la clase (comunismo) y el rentable
"victimismo".
7. Invención de un pasado dorado, con héroes
nacionales y un enemigo terrible y poderoso causante siempre del
infortunio presente. La invención -incluso forzando al máximo los hechos
históricos - es esencial para aglutinar al pueblo y predisponerlo a ser
comparsa del agitprop. Nada une más que un enemigo exterior.
Si no existe el totalitarismo no tardará en inventarlo. Desgraciado el
país, la raza o el credo que haya sido identificado como "enemigo" pues
todo lo que haga u omita tendrá siempre un perverso objetivo. ¿Me
perdonas la deuda? ¡Quieres humillarme!; ¿No me la perdonas? ¡Tratas de
asfixiarme!
8. Control de todo el aparato estatal
especialmente de las escuelas (la mente de los niños es maleable y son
las futuras bases del agitprop), las organizaciones sociales y
religiosas (llegaron a crear una "Iglesia del III Reich"), las
publicaciones (alineamiento editorial de la numerosísima prensa, bajo la
inspiración del Ministro de Propaganda o, recurriendo a Orwell, del
"Ministro de la Verdad") y de los medios de comunicación de masas (radio
y cine)
9. Dar la vuelta a la tortilla, presentando el
crimen y la ilegalidad más brutal como actos inevitables de "legítima
defensa". Pegar un tiro en la nuca a un aristócrata polaco no era un
crimen; sino una "ejecución" de un terrorista con la que se habría
salvado la vida de miles de inocentes y puros alemanes.
10.
Apariencia de legalidad. Cuando la guerrilla y el terrorismo callejero
no funcionan y no permiten la toma violenta del poder (como si lograron
los Soviets en Rusia) el totalitarismo simula respetar las reglas del
juego democrático para destruirlo desde dentro y con sus propias armas.
Hay
más herramientas en esta caja, por supuesto, pero estas son las
indispensables. Quien porte esa "caja de herramientas" no es trigo
limpio. ¿Alguien se imagina una causa legítima, democrática o humanística recurriendo a estas terribles tretas?
Resulta difícil visualizar a Martin Luther King, a la madre Teresa o a
Erasmo de Rotterdam sirviéndose de ellas. Ni siquiera Maquiavelo se
habría atrevido a llegar tan lejos y en todo caso Maquiavelo habría
tenido la justificación histórica de escribir a inicios del siglo XVI en
una Italia destrozada por guerras internas y externas.
Si
analizamos estas 10 "herramientas" nazis, es fácil encontrar numerosas
concomitancias entre todas las ideologías totalitarias, fundamentalistas
y excluyentes (y yo creo que los nacionalismos son excluyentes) y es
desde ese prisma - y solo desde ese- desde el que resulta legítimo
recordar que tales instrumentos TAMBIEN fueron aviesamente empleados por
los nazis.
Con ello no quiere afirmarse -relajémonos
quienes no queremos olvidar el Holocausto- que el nacionalismo vasco (no
creo que el secesionismo catalán sea todavía parecido) sea exactamente
igual que el nazismo. No; lo que se dice es que recurre a las mismas
herramientas que el nazismo y solamente por eso ya debiéramos estar
alerta.
Calificar de tácticas nazis las que ha empleado el terrorismo de ETA y hoy en día su franquicia Bildu
(herramienta 10: estrategia de legalidad) no supone identificarlos con
el nazismo ni por supuesto menospreciar a sus víctimas sino asociar sus
métodos sin hacerlo con sus fines, que son obviamente distintos aunque
también execrables.
El nazismo asesino sistemáticamente
por una idea disparatada de pureza racial y de "Reich Milenario" y para
ello recurrió a las diez herramientas que antes expuse. ETA asesino -y
seguirá haciéndolo- por una idea de independencia y de retorno a una
edad dorada que solo existió en la imaginación de sus sicarios y
trovadores. Y para alcanzar ese paraíso borroso de humo y sangre, el
nacionalismo forjado en el terrorismo no ha dudado en emplear la mayoría
de instrumentos tan queridos para el totalitarismo.
No son nazis, por supuesto, pero trabajan con la misma "caja de herramientas".
RESPONSABILIDAD, HISTORIA Y ECONOMIA
¿ES POSIBLE EXIGIRLE CUENTAS A LA ECONOMIA Y A LA HISTORIA?
jueves, 3 de octubre de 2013
viernes, 20 de septiembre de 2013
El Papa Francisco I
Solo por ser un Papa
jesuita ya me gustó y eso que yo estudie con los escolapios. No sé que tienen
los Jesuitas que siempre me han caído bien. Quizás ese punto entre erudito,
astuto y rebelde (a pesar de su famoso 4º voto de obediencia al Papa y de su
fama de "Espías de Dios"). No conozco muchas órdenes que hayan sido
expulsadas tantas veces de un país tan "cristianísimo" como España.
Además, un Papa jesuita que provenga de Iberoamérica se asocia inevitablemente
a ese icono cinematográfico que es "La Misión"
Acabo de leer integra en
"Religión en libertad" la
entrevista que le hicieron al Papa en su avión de regreso de Brasil y la verdad
es que no tiene desperdicio. Su claridad, acostumbrado a unos líderes mundiales
enfangados en el eufemismo y la cháchara vacua, transmite una legitimidad y
honestidad que intuyo va a ganar millones de fieles y por ende a revitalizar a
un anquilosado catolicismo.
En concreto resulta
"revolucionario" su posicionamiento con respecto a los divorciados,
los gays o el rol de la mujer en la iglesia (aunque en este extremo deja claro
que Juan Pablo II "cerró la
puerta"). Sin duda, hay quien le exigirá que sea aún más claro y radical
pero a un Papa católico no puede exigírsele que hable como un lama (de esos que gustan a la gente
guapa de Hollywood porque sus túnicas hacen juego con sus Cadillac),
un inspector de igualdad de género o un guerrillero de los de boina con
estrella.
Sus respuestas a los
periodistas subrayan algo tan cristiano como la compasión, la caridad, el
perdón y la libertad de la persona (ese "¿quién soy yo para juzgar a...?" llega hasta a el alma de un
agnóstico como yo) e intuyo que esa actitud va a ganar los corazones no solo de
millones de personas que viven en la más terrible pobreza (el grupo mas
fácilmente accesible a la fe), sino también de otras muchas que estando lejos
de ser pobres pero sabiéndose pecadoras no encontraron la forma de regresar a
la casa del Padre pues después de los bellos sermones, las jerarquías llenaban su
camino de obstáculos insalvables, de anacronismos insultantes y de la ponzoña hipócrita
que o bien mata la fe o subyuga la inteligencia.
El Papa Francisco I
parece querer volver a la esencia simple y sencilla del cristianismo primitivo
(espero que omitiendo las terribles broncas entre los primeros padres y
teólogos). Y ello sin aspavientos, poco a poco. Sin duda sabe que hoy ya no es
posible el sermón en la montaña (que más bien era una colina), ni la liturgia
en recónditas catacumbas, pero también sabe que la iglesia - su iglesia-
llevaba demasiados siglos de espaldas a sus fieles; hablándoles en un lenguaje
petrificado e incomprensible, sabe que no hay hombre sin mácula (incluido él; por
eso insiste tanto en que "recemos
por el") ni existe el pasado limpio y perfecto.
Francisco I sabe que somos humanos
y por lo tanto tan imperfectos como perfectibles y es en este punto donde más
próximo lo veo a una ética laica iluminada por Dios: este Papa confía en
nuestra capacidad de forjar nuestro carácter, de mejorar, de arrepentirnos sin
necesidad de "codigazos" o excomuniones, de crecer libremente como
personas, de lograr una “vida buena” que dirían los clásicos. Intuye desde su
fe, que si somos capaces de aprender a amar la virtud y evitar el vicio también
es posible que un día regresemos al hogar paterno del que – quien sabe- aún
puede que guardemos su llave en algún lugar del corazón.
lunes, 11 de marzo de 2013
CARTA DE UN PADRE AL HIJO, ESCRITA POR EL HIJO
No me recuerdes así, hijo mío.
Sabes que ya no soy el nadador contra corriente que siempre fui, ni la mente despejada, ni el cuerpo fuerte y resistente. Sabes que mi orgullo fue no enfermar y también sabes que nunca me quejé, ni protesté, ni gemí quejumbroso, ni grité asustado bajo las sábanas como hago ahora.
Recuérdame riendo, cuando yo ya no sonría y recuérdame optimista cuando todo lo vea negro....
Recuerda más bien, hijo, aquellas noches lejanas con estrellas que escrutabas mientras yo te explicaba que su luz viajaba desde un lejano pasado, recuerda las noches de guitarra clásica y rancheras, y las tardes de frontón con el sol bañando el muro verde en el que corrían nuestras agigantadas sombras...
Recuerda todo eso, hijo mío, pues yo ya todo olvido...
Recuerda, hijo mío, la cala elíptica y la mar inmensa y azul, y nuestras estelas blancas y saladas cuando nadábamos juntos hacia la isla negra recortada y que parecía tanto más lejos cuantas más brazadas dábamos. Y tu nada temías pues yo te protegía. Eras muy niño y a ratitos te asías a mí como hubiera hecho un patito patoso. Las sinuosas algas submarinas te asustaban, pero a mi lado no las temías pues sabias que nada en el mundo podría dañarte. Y por eso seguías nadando sobre el negro algar, hacia la línea del horizonte a la que nunca arribamos. Y esa confianza te salvo una vez la vida, aquella noche en la que te dije mirándote a los ojos: "Confía en papa: no te muevas, hijo mío, deja que el doctor te tape la herida...". Y creías tanto en mí que a pesar de tu miedo y tu dolor dejaste de agitarte, y pudimos coser la herida por la que perdías la frágil vida...
Recuerda todo eso, hijo mío, pues yo ya todo olvido...
Recuerda hijo los planos revueltos, las escuadras y la regla de cálculo que para ti fue siempre Excalibur. Yo amaba mi trabajo y aun mas os amaba a vosotros, pequeños diablillos bajo la mesa, y trataba de realizar mis cálculos mientras andabais enredado entre el papel vegetal y los planos de planta y los alzados de edificios que aun no habían nacido. Y tu, hijo mío, aunque no entendías aquellas líneas, acotaciones y números, disfrutabas con los bocetos en carboncillo de chalets y de casitas en los que yo siempre añadía personas misteriosas y hasta gatos.
Recuerda todo eso, hijo mío, pues yo ya todo olvido...
Y os quise tanto, hijo, que fue mi casa mi universo, mi vida, mi vía láctea y mi castillo. Y como orgulloso y silente albacea guarde - sin tu saberlo - tus primeras entrevistas, tus primeros artículos, tus tempranos y modestos éxitos que para mí lo eran todo. No te dije nada, pero los guardaba. Los guardaba bien juntitos con viejas cartas amarillas de mi padre muerto, con cien fotos, dos esquelas, una medalla y la hoja seca de un limonero lorquino. ¡Allí estaban las glorias familiares y tu, hijo mío, junto a ellas!. Recuerda mis recuerdos, hoy que ya todo olvido.
Recuerda lo que hablábamos y lo mucho que reías. Eras nuestro pequeñico Lucas, nuestra carica de luna. Te escuche siempre como se escucha a un adulto y en tu niñez sabes bien que fui de los tuyos y no hubo hombre grande alguno que te hiciera sombra cuando me hablabas. No tuve que interpretarte, hijo mío, ni asentir sin comprenderte pues tu mundo mágico y pequeño era también el mío y me gustaba habitarlo y quizás por eso hoy a ese reino he regresado.
Recuerda nuestros juegos, el pasillo largo y negro y el "bichito" bajo un viejo batín que hacia vuestras delicias; y los pinos en la playa y el enorme balón de Nivea y la omnipresente super8 con la que conserve para vosotros todo lo que yo hoy olvido. Y recuérdame con ella, con tu madre, con mi amante, con mi diosa enamorada. Tanto la ame que aun la veo y la acaricio y la llamo y no la olvido. No hay Alzheimer que la pueda, ni olvido que me la borre. Fue mi amor toda mi vida y cuando mi cerebro muera ella seguirá ahí para recordaros lo mucho que nos quisimos.
Y se bien, hijo mío, que todo eso ya no logro recordar y cuando las sombras son más confusas hasta creo que eres mi padre y mi hermano y hasta yo mismo hace medio siglo. Y algunas veces, algún retazo resucita desde el fondo del olvido y te miro y te toco y vuelves a revivir y mi corazón recuerda que exististe y que te quise, y que eres mi hijo y siempre lo serás. Sé que leerás todo eso en mi ausente mirada pues nuestro vínculo invisible se impondrá al tirano que erosiona mis recuerdos con el agua del Leteo. Coge entonces mi mano, rodea mi hombro, abrázame fuerte y mírame como si hoy fuera yo tu niño y no olvides, hijo mío, que mis recuerdos ya no son hoy míos sino tuyos.
Recuerda todo eso, hijo mío, pues yo ya todo olvido...
Sabes que ya no soy el nadador contra corriente que siempre fui, ni la mente despejada, ni el cuerpo fuerte y resistente. Sabes que mi orgullo fue no enfermar y también sabes que nunca me quejé, ni protesté, ni gemí quejumbroso, ni grité asustado bajo las sábanas como hago ahora.
Recuérdame riendo, cuando yo ya no sonría y recuérdame optimista cuando todo lo vea negro....
Recuerda más bien, hijo, aquellas noches lejanas con estrellas que escrutabas mientras yo te explicaba que su luz viajaba desde un lejano pasado, recuerda las noches de guitarra clásica y rancheras, y las tardes de frontón con el sol bañando el muro verde en el que corrían nuestras agigantadas sombras...
Recuerda todo eso, hijo mío, pues yo ya todo olvido...
Recuerda, hijo mío, la cala elíptica y la mar inmensa y azul, y nuestras estelas blancas y saladas cuando nadábamos juntos hacia la isla negra recortada y que parecía tanto más lejos cuantas más brazadas dábamos. Y tu nada temías pues yo te protegía. Eras muy niño y a ratitos te asías a mí como hubiera hecho un patito patoso. Las sinuosas algas submarinas te asustaban, pero a mi lado no las temías pues sabias que nada en el mundo podría dañarte. Y por eso seguías nadando sobre el negro algar, hacia la línea del horizonte a la que nunca arribamos. Y esa confianza te salvo una vez la vida, aquella noche en la que te dije mirándote a los ojos: "Confía en papa: no te muevas, hijo mío, deja que el doctor te tape la herida...". Y creías tanto en mí que a pesar de tu miedo y tu dolor dejaste de agitarte, y pudimos coser la herida por la que perdías la frágil vida...
Recuerda todo eso, hijo mío, pues yo ya todo olvido...
Recuerda hijo los planos revueltos, las escuadras y la regla de cálculo que para ti fue siempre Excalibur. Yo amaba mi trabajo y aun mas os amaba a vosotros, pequeños diablillos bajo la mesa, y trataba de realizar mis cálculos mientras andabais enredado entre el papel vegetal y los planos de planta y los alzados de edificios que aun no habían nacido. Y tu, hijo mío, aunque no entendías aquellas líneas, acotaciones y números, disfrutabas con los bocetos en carboncillo de chalets y de casitas en los que yo siempre añadía personas misteriosas y hasta gatos.
Recuerda todo eso, hijo mío, pues yo ya todo olvido...
Y os quise tanto, hijo, que fue mi casa mi universo, mi vida, mi vía láctea y mi castillo. Y como orgulloso y silente albacea guarde - sin tu saberlo - tus primeras entrevistas, tus primeros artículos, tus tempranos y modestos éxitos que para mí lo eran todo. No te dije nada, pero los guardaba. Los guardaba bien juntitos con viejas cartas amarillas de mi padre muerto, con cien fotos, dos esquelas, una medalla y la hoja seca de un limonero lorquino. ¡Allí estaban las glorias familiares y tu, hijo mío, junto a ellas!. Recuerda mis recuerdos, hoy que ya todo olvido.
Recuerda lo que hablábamos y lo mucho que reías. Eras nuestro pequeñico Lucas, nuestra carica de luna. Te escuche siempre como se escucha a un adulto y en tu niñez sabes bien que fui de los tuyos y no hubo hombre grande alguno que te hiciera sombra cuando me hablabas. No tuve que interpretarte, hijo mío, ni asentir sin comprenderte pues tu mundo mágico y pequeño era también el mío y me gustaba habitarlo y quizás por eso hoy a ese reino he regresado.
Recuerda nuestros juegos, el pasillo largo y negro y el "bichito" bajo un viejo batín que hacia vuestras delicias; y los pinos en la playa y el enorme balón de Nivea y la omnipresente super8 con la que conserve para vosotros todo lo que yo hoy olvido. Y recuérdame con ella, con tu madre, con mi amante, con mi diosa enamorada. Tanto la ame que aun la veo y la acaricio y la llamo y no la olvido. No hay Alzheimer que la pueda, ni olvido que me la borre. Fue mi amor toda mi vida y cuando mi cerebro muera ella seguirá ahí para recordaros lo mucho que nos quisimos.
Y se bien, hijo mío, que todo eso ya no logro recordar y cuando las sombras son más confusas hasta creo que eres mi padre y mi hermano y hasta yo mismo hace medio siglo. Y algunas veces, algún retazo resucita desde el fondo del olvido y te miro y te toco y vuelves a revivir y mi corazón recuerda que exististe y que te quise, y que eres mi hijo y siempre lo serás. Sé que leerás todo eso en mi ausente mirada pues nuestro vínculo invisible se impondrá al tirano que erosiona mis recuerdos con el agua del Leteo. Coge entonces mi mano, rodea mi hombro, abrázame fuerte y mírame como si hoy fuera yo tu niño y no olvides, hijo mío, que mis recuerdos ya no son hoy míos sino tuyos.
Recuerda todo eso, hijo mío, pues yo ya todo olvido...
viernes, 28 de diciembre de 2012
LOS SINDICATOS NO SON INTOCABLES
He leído con suma paciencia el artículo que circula por internet atribuido a Iñaki la Gabilondo (ver texto adjunto). El escrito es un panegírico de lugares comunes, plagado de pequeñas anécdotas, medias verdades y grandes errores sobre los sindicatos.
Creo que es un error pretender atribuir a los sindicatos todas las ventajas y derechos laborales que tan teatralmente enumera ("la joven acosada sexualmente por el jefe que apesta a alcohol..."): Conviene recordar que la mayoría de esos logros no son obra exclusiva de los sindicatos sino de los poderes del Estado (básicamente legislativo y judicial) y de diversos agentes sociales entre los cuales los sindicatos son uno más, pero no el único. Podría incluso añadirse que algunos de esos logros se deben al dictador Franco y hasta a la notable influencia de alguna que otra vieja encíclica (Rerum Novarum del papa León XIII), pero eso sería meter el dedo demasiado en la llaga y mirar en exceso al pasado, cuando de lo que se trata de es de progresar; esto es, de mirar al futuro. Quedémonos con la idea, bastante esencial en todo dialogo social, de que hay otros actores sociales, que no se inquiete Gabilondo. Si solo hubiera sindicatos, no sería posible el dialogo sino más bien el monólogo; algo en lo que, por cierto, creo que están bien versados. ¿Un ejemplo? los Tribunales de Magistratura de Trabajo no son sindicatos y cualquiera que conozca su funcionamiento sabe perfectamente que, en general, propenden a reconocer el derecho de la parte más débil; esto es: el trabajador.
La sociedad no critica a los sindicatos "in totum" sino a los dos grandes sindicatos españoles subordinados sumisamente a dos partidos políticos (UGT al PSOE y CCOO a IU) cuya sangrante inacción durante los últimos 8 años, su patente parasitismo con el poder (al que se suponía debían contrarrestar) y su corrupción les han deslegitimado socialmente. Si ello le duele a Gabilondo, también me duele mi; pero no exime a los sindicatos de su grave irresponsabilidad. Y deben asumir la consecuencia de la deslegitimación social: la pérdida del apoyo social.
Sin embargo y por fortuna, existen otros sindicatos, mucho más pequeños y también menos sometidos políticamente, cuya defensa de los trabajadores nadie cuestiona. Que se relaje Gabilondo: UGT y CCOO no son todo el universo sindical. De facto, tampoco sus cuotas de afiliación sobrepasan el 15% de la población activa Española y van a menos (una de las más bajas de la UE). Con ese menguante porcentaje, nadie con un mínimo de dignidad y vergüenza se arrogaría el título de "representante de la clase trabajadora". La clase trabajadora es mucho más variada y activa y ya no vive en las minas infectas, ni en las fábricas textiles del siglo XIX. La clase trabajadora necesita representantes que hayan despertado de la pesadilla decimonónica en la que todavía viven los discursos incendiarios de UGT y CCOO; necesita sindicatos que defiendan a los trabajadores y a quienes desean trabajar (que a este paso serán más numerosos en poco tiempo) y necesita más sindicatos que demuestren honestidad y coherencia estética (consejos asesores en cajas, vacaciones de lujo, …) y ética, sin la tradicional doble moral que permite a algunos sindicatos aceptar en los suyos lo que critica a otros.
En democracia no puede haber instituciones intocables. Tenemos derecho a criticar, cuestionar y hasta pedir la disolución o regeneración de organizaciones inoperantes, corruptas y con sus fines pervertidos. Sean partidos políticos, sindicatos, ong, iglesias, medios de comunicación o patronales. Faltaría más! Y ello es así incluso aunque Gabilondo se sienta molesto porque las críticas ciudadanas también llegan a uno de los iconos de una izquierda que antaño fue progresista y hoy, lamentablemente, es pura reacción conservadora.
¿Son necesarios los sindicatos? ¡Por supuesto que si! Pero UGT y CCOO, en general, llevan años manchando la reputación sindical.
Ni que decir tiene que todo lo que he escrito es perfectamente aplicable a la patronal CEOE y todo lo que no representa del mundo empresarial real.
Fernando Navarro García
28 de diciembre de 2012
Artículo atribuido a Iñaki Gabilondo:
MUERTE A LOS SINDICATOS
Nueva moda. Rajar de los sindicalistas. Algo fácil y barato, por cierto. Lo llevan en la
solapa ciertos políticos, lanzando mensajes subliminales sobre su actual falta de
utilidad para los trabajadores, politización, corrupción, derroche económico. Resulta
curioso: Los mismos que alientan al escarnio público, suelen lanzar piedras
cargadas por sus propias mezquindades.
Además, la destrucción del sindicalismo hace mucho más fácil la labor de los
gobernantes, sin movilizaciones ni huelgas, especialmente la de quienes dirigen tras
la cortina. Qué bien estaríamos si no existieran los sindicatos, piensan algunos.
El problema es que esa frase por la que suspiran los gobernantes "Qué bien
estaríamos sin sindicatos" empieza a calar entre la gente de a pie, con un discurso
cargado de improperios, gritos, oportunismo, mala leche y, sobre todo, un enorme
vacío de argumentos que se resume en: "Para lo que hacen, mejor que no hagan
nada", "Por mí los echaba a todos y los ponía a trabajar", "Están vendidos, no se
mueven, no están con los trabajadores". Luego terminan reservándote para el final
el placer de oír la raída historia de: "Conozco a uno que está de liberado sindical.".
gobernantes, sin movilizaciones ni huelgas, especialmente la de quienes dirigen tras
la cortina. Qué bien estaríamos si no existieran los sindicatos, piensan algunos.
El problema es que esa frase por la que suspiran los gobernantes "Qué bien
estaríamos sin sindicatos" empieza a calar entre la gente de a pie, con un discurso
cargado de improperios, gritos, oportunismo, mala leche y, sobre todo, un enorme
vacío de argumentos que se resume en: "Para lo que hacen, mejor que no hagan
nada", "Por mí los echaba a todos y los ponía a trabajar", "Están vendidos, no se
mueven, no están con los trabajadores". Luego terminan reservándote para el final
el placer de oír la raída historia de: "Conozco a uno que está de liberado sindical.".
Confesar ser liberado sindical, en estos tiempos que corren, es un auténtico pecado
capital. Mejor inventar cualquier otra cosa antes de que te descubran. Te pueden
acechar en cualquier esquina, a cualquier hora: sacando dinero, haciendo la
compra, recogiendo a tus hijos en el colegio. Cualquier lugar y excusa es buena,
para utilizar como insulto la palabra "sindicalista".
capital. Mejor inventar cualquier otra cosa antes de que te descubran. Te pueden
acechar en cualquier esquina, a cualquier hora: sacando dinero, haciendo la
compra, recogiendo a tus hijos en el colegio. Cualquier lugar y excusa es buena,
para utilizar como insulto la palabra "sindicalista".
Se puede ser banquero chupasangre, se puede ser político en cualquiera de sus
muchos cargos (concejal, alcalde, o delegado provincial.) y trincar todo lo que se
quiera, aceptar sobornos y trajes, realizar chantajes, revender terrenos públicos,
recortarle el sueldo a los trabajadores o directamente despedirlos sin indemnización.
muchos cargos (concejal, alcalde, o delegado provincial.) y trincar todo lo que se
quiera, aceptar sobornos y trajes, realizar chantajes, revender terrenos públicos,
recortarle el sueldo a los trabajadores o directamente despedirlos sin indemnización.
Se puede, incluso, aumentar el recibo de la luz a los pensionistas hasta asfixiarlos, o
salir en fotos besando niños y ancianos mientras los colegios y asilos se caen a
trozos, cobrar dos o tres sueldos en tres cargos diferentes, declarar a hacienda que
se está arruinado mientras se cobra de mil chanchullos distintos, para que su hijo
obtenga la beca que le permita comprarse una moto a costa del Estado.
En este maldito país se puede ser lo que se quiera, pero no sindicalista.
Nadie se acuerda ya de la última huelga, aquella en que nadie de la empresa fue,
excepto los dos afiliados que perdieron el sueldo de aquel día, para que luego se
firmara un acuerdo que les subió el sueldo a todos. Incluso a aquellos que
escupieron sobre la huelga.O de Luís, ese hombre que estuvo 30 años cotizando, y que gracias a la prejubilación que se consiguió en su momento, puede ahora, con 60 años y despedido de su puesto, tirar para adelante sin necesidad de buscar un trabajo que nadie le
ofrecería.
salir en fotos besando niños y ancianos mientras los colegios y asilos se caen a
trozos, cobrar dos o tres sueldos en tres cargos diferentes, declarar a hacienda que
se está arruinado mientras se cobra de mil chanchullos distintos, para que su hijo
obtenga la beca que le permita comprarse una moto a costa del Estado.
En este maldito país se puede ser lo que se quiera, pero no sindicalista.
Nadie se acuerda ya de la última huelga, aquella en que nadie de la empresa fue,
excepto los dos afiliados que perdieron el sueldo de aquel día, para que luego se
firmara un acuerdo que les subió el sueldo a todos. Incluso a aquellos que
escupieron sobre la huelga.O de Luís, ese hombre que estuvo 30 años cotizando, y que gracias a la prejubilación que se consiguió en su momento, puede ahora, con 60 años y despedido de su puesto, tirar para adelante sin necesidad de buscar un trabajo que nadie le
ofrecería.
Recuerden también a Marta, la chica de 23 años que estuvo aguantando un jefe
miserable con aliento a coñac, que le obligaba a hacer más horas extras para tener
un momento de intimidad donde poder acosarla mientras le recordaba cuándo le
vencía el contrato. Hasta que su mejor amiga la llevó al sindicato y, gracias a una
liberada sindical, ahora el tipo ha tenido que indemnizarla hasta por respirar.
Son muchos los que les deben algo a los sindicatos, y a los sindicalistas: El maestro
que pudo denunciar al padre que le pegó en la puerta del colegio, los trabajadores
que consiguieron que no les echaran de la RENAULT, la chica que pudo exigir el
cumplimiento de su baja por maternidad en su supermercado. Porque también fue
una liberada sindical la que se puso al teléfono el día en que despidieron a Julia, la
chica de la tienda de fotos, y le ayudó a ser indemnizada como estipulan los
convenios; y aquel otro joven que movió cielo y tierra para arreglarle los papeles al
abuelo para procurarle una paga medio-decente, porque los usureros de hace 30
años no lo aseguraban en ningún trabajo. Para qué recordar las horas al teléfono
escuchando con paciencia a cientos de opositores a los que no aprobaron, gritando
e insultado porque en el examen no les contaron 2 décimas en la pregunta 4. O el
otro compañero sindicalista, el que denunció a la constructora que se negaba a
indemnizar a la viuda de su amigo Manuel, que trabajaba sin casco.
Ya nadie se acuerda de dónde salieron sus vacaciones, los aumentos de sueldo que
se fueron consensuando, el derecho a una indemnización por despido, a una baja
por enfermedad, o a un permiso por asuntos propios.
miserable con aliento a coñac, que le obligaba a hacer más horas extras para tener
un momento de intimidad donde poder acosarla mientras le recordaba cuándo le
vencía el contrato. Hasta que su mejor amiga la llevó al sindicato y, gracias a una
liberada sindical, ahora el tipo ha tenido que indemnizarla hasta por respirar.
Son muchos los que les deben algo a los sindicatos, y a los sindicalistas: El maestro
que pudo denunciar al padre que le pegó en la puerta del colegio, los trabajadores
que consiguieron que no les echaran de la RENAULT, la chica que pudo exigir el
cumplimiento de su baja por maternidad en su supermercado. Porque también fue
una liberada sindical la que se puso al teléfono el día en que despidieron a Julia, la
chica de la tienda de fotos, y le ayudó a ser indemnizada como estipulan los
convenios; y aquel otro joven que movió cielo y tierra para arreglarle los papeles al
abuelo para procurarle una paga medio-decente, porque los usureros de hace 30
años no lo aseguraban en ningún trabajo. Para qué recordar las horas al teléfono
escuchando con paciencia a cientos de opositores a los que no aprobaron, gritando
e insultado porque en el examen no les contaron 2 décimas en la pregunta 4. O el
otro compañero sindicalista, el que denunció a la constructora que se negaba a
indemnizar a la viuda de su amigo Manuel, que trabajaba sin casco.
Ya nadie se acuerda de dónde salieron sus vacaciones, los aumentos de sueldo que
se fueron consensuando, el derecho a una indemnización por despido, a una baja
por enfermedad, o a un permiso por asuntos propios.
Esta sociedad del consumo, prefiere tirar un saco de manzanas porque una o dos
están picadas, por muy sanas que estén el resto. Los precedentes televisivos:
entrenadores de fútbol, famosos de la exclusiva en revistas, y demás subproductos,
se convierten en clinex de usar y tirar dependiendo de las modas. Ahora, en un
momento en que los trabajadores deben estar más juntos, arropados y combatientes
contra quienes realmente les explotan, aparecen grietas prefabricadas en los
despachos de los altos ejecutivos, ávidos de hincar más el diente en el rendimiento
de la clase trabajadora.
están picadas, por muy sanas que estén el resto. Los precedentes televisivos:
entrenadores de fútbol, famosos de la exclusiva en revistas, y demás subproductos,
se convierten en clinex de usar y tirar dependiendo de las modas. Ahora, en un
momento en que los trabajadores deben estar más juntos, arropados y combatientes
contra quienes realmente les explotan, aparecen grietas prefabricadas en los
despachos de los altos ejecutivos, ávidos de hincar más el diente en el rendimiento
de la clase trabajadora.
¿Quién tirará la primera piedra?. ¿Serán los políticos gobernantes, o los banqueros
quienes hablarán de dejadez o vagancia?. ¿Tendrán capacidad moral los jueces o
los periodistas, de hablar de corrupción en las demás profesiones?. ¿Serán más
idóneos para iniciar lapidaciones, los super-empresarios del ladrillo?. ¿En qué
profesión se puede jurar que no existen vagos, corruptos, peseteros, o ladrones?.
¿Preguntamos mejor entre la Iglesia o la Monarquía.?
quienes hablarán de dejadez o vagancia?. ¿Tendrán capacidad moral los jueces o
los periodistas, de hablar de corrupción en las demás profesiones?. ¿Serán más
idóneos para iniciar lapidaciones, los super-empresarios del ladrillo?. ¿En qué
profesión se puede jurar que no existen vagos, corruptos, peseteros, o ladrones?.
¿Preguntamos mejor entre la Iglesia o la Monarquía.?
Pero qué fácil resulta rajar en este país. Siembra la duda, y obtendrás fanatismo
barato. Qué bien asfaltado les estamos dejando el camino a quienes realmente nos
explotan cada día. ¡Acabemos con los sindicatos!. Sí. Dejemos que la patronal y los
bancos regulen los horarios, las pensiones, los sueldos, las condiciones laborales y
los costes del despido. Verán cómo nos va a ir con la reforma del mercado laboral,
cuando los sindicatos dejen de existir y no puedan convocarse huelgas ni
manifestaciones.
barato. Qué bien asfaltado les estamos dejando el camino a quienes realmente nos
explotan cada día. ¡Acabemos con los sindicatos!. Sí. Dejemos que la patronal y los
bancos regulen los horarios, las pensiones, los sueldos, las condiciones laborales y
los costes del despido. Verán cómo nos va a ir con la reforma del mercado laboral,
cuando los sindicatos dejen de existir y no puedan convocarse huelgas ni
manifestaciones.
Verán qué contentos se pondrán algunos cuando sepan que ya no
estarán obligados a pagar las flores de los centenares de
trabajadores que mueren todos los años, a costa de sus
mezquindades.
Iñaki Gabilondo
MUERTE Y TRANSFIGURACIÓN
Nueva masacre en
EEUU...
Uno no puede evitar pensar que vivimos una epoca de clara decadencia en donde lo peor aflora por todas partes y con su mas horrible rostro. ¿Pero cuales son los principales vicios que nos oprimen?
- Corrupción y clientelismo en todas las instancias: Políticos, sindicatos, patronales, arquitectos, banqueros, clérigos, actores ...
- Desempleo (en España) superior al de la Alemania que en 1933 votó masivamente a Hitler
- Educacion raquítica, pobre y embrutecedora, sin atisbo de mejora (hoy - diciembre 2012- se anunciaba la desaparicion de la filosofía moral) y cuyo monopolio histórico en manos del llamado "progresismo" virtualiza la frase de Groucho Marx: "surgiendo de la nada alcanzamos las mas altas cimas de la miseria"
- Una parte de la ciudadanía que solo entiende su responsabilidad mediante un apático silencio o una asilvestrada accion directa; sin verdadero propósito de empezar la revolución y el cambio en su propia mentalidad y en sus hábitos (consumo, relaciones, valores...). Candidatos perfectos al victimismo que todo exige y nada ofrece y víctimas propiciatorias de la demagogia populista.
- Una terrible agresividad y violencia en todos los ámbitos (medios de comunicación, colegios, parlamento, instituciones, deporte....). La nueva masacre de niños en EEUU es la muestra mas espantosa de tal patología de la violencia exhibicionista.
- Y finalmente, una enorme des-moralizacion, en el sentido de haber olvidado los viejos valores que aunque eternos no son retrógrados, ni carcas, ni obsoletos. La moral no caduca tan rápidamente como una ipad. La justicia, la magnanimidad, el esfuerzo, la valentia, la compasión no son de izquierdas, ni de derechas; son valores propios del hombre que no quiere des-humanizarse. Sin embargo, los medios de comunicación y gran parte de nuestras instituciones no hacen mas que promocionar y premiar la envidia, la competencia salvaje e irresponsable, el consumo desaforado y envilecedor, el hedonismo vacuo, la cosificacion del hombre, el analfabetismo presuntuoso, la grosería, la traición abyecta, la trampa egoísta, la ira o el odio ciego. La historia del humanidad sabe que nada bueno ha salido nunca de sociedades que acumulan tales vicios.
Sin embargo, creo que hay solución pero debe empezar por nosotros mismos. Del akmé febril debería nacer la regeneración moral. Muerte y transfiguración, parafraseando a Richard Strauss.
Uno no puede evitar pensar que vivimos una epoca de clara decadencia en donde lo peor aflora por todas partes y con su mas horrible rostro. ¿Pero cuales son los principales vicios que nos oprimen?
- Corrupción y clientelismo en todas las instancias: Políticos, sindicatos, patronales, arquitectos, banqueros, clérigos, actores ...
- Desempleo (en España) superior al de la Alemania que en 1933 votó masivamente a Hitler
- Educacion raquítica, pobre y embrutecedora, sin atisbo de mejora (hoy - diciembre 2012- se anunciaba la desaparicion de la filosofía moral) y cuyo monopolio histórico en manos del llamado "progresismo" virtualiza la frase de Groucho Marx: "surgiendo de la nada alcanzamos las mas altas cimas de la miseria"
- Una parte de la ciudadanía que solo entiende su responsabilidad mediante un apático silencio o una asilvestrada accion directa; sin verdadero propósito de empezar la revolución y el cambio en su propia mentalidad y en sus hábitos (consumo, relaciones, valores...). Candidatos perfectos al victimismo que todo exige y nada ofrece y víctimas propiciatorias de la demagogia populista.
- Una terrible agresividad y violencia en todos los ámbitos (medios de comunicación, colegios, parlamento, instituciones, deporte....). La nueva masacre de niños en EEUU es la muestra mas espantosa de tal patología de la violencia exhibicionista.
- Y finalmente, una enorme des-moralizacion, en el sentido de haber olvidado los viejos valores que aunque eternos no son retrógrados, ni carcas, ni obsoletos. La moral no caduca tan rápidamente como una ipad. La justicia, la magnanimidad, el esfuerzo, la valentia, la compasión no son de izquierdas, ni de derechas; son valores propios del hombre que no quiere des-humanizarse. Sin embargo, los medios de comunicación y gran parte de nuestras instituciones no hacen mas que promocionar y premiar la envidia, la competencia salvaje e irresponsable, el consumo desaforado y envilecedor, el hedonismo vacuo, la cosificacion del hombre, el analfabetismo presuntuoso, la grosería, la traición abyecta, la trampa egoísta, la ira o el odio ciego. La historia del humanidad sabe que nada bueno ha salido nunca de sociedades que acumulan tales vicios.
Sin embargo, creo que hay solución pero debe empezar por nosotros mismos. Del akmé febril debería nacer la regeneración moral. Muerte y transfiguración, parafraseando a Richard Strauss.
EL FIN DEL MUNDO, LOS MAYAS Y RIGOBERTA MENCHÚ
Tuve la oportunidad de cenar con la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchu en agosto de 2010 (foto), al termino de un congreso internacional en Colombia sobre RSC en el que ambos participamos como ponentes. Dado que nuestras conferencias fueron consecutivas, esa noche cenamos juntos. Hablamos mucho y comimos aun mas (algo que no sorprenderá a quienes me conocen).
Me llamaron la atencion de Rigoberta Menchu varias cosas: su proximidad y dulzura, su modestia (que no me pareció una pose), su contundencia al no pretender perdonar a los asesinos de su familia "si ellos antes no pedían su perdón" y su enorme interés en el calendario maya y en el "Nahual" (valores y rasgos de personalidad asociados a los signos "zodiacales" mayas). En este ultimo aspecto, la premio Nobel era una verdadera creyente y de las tres horas que pasamos juntos, mas de dos estuvieron dedicadas a la importancia del "Nahual" y su influencia en casi todo.
Dado que soy un maldito escéptico en todo tipo de predestinaciones derivadas de conjunciones astrales o fuerzas de la naturaleza, me lo pase muy bien polemizando con la Sra. Menchu. ¡No siempre se tiene la oportunidad de contradecir a una Nobel de la paz frente a unas coca-colas light! :-) Por cierto, que prometió enviarme por e-mail la información correspondiente a mi "nahual" (ella estaba casi segura acerca del animal que me correspondia) y aún no lo ha hecho. ¿Acaso mi escepticismo la disuadió de ello?
He explicado todo esto a modo de preámbulo de esta noticia que hoy circula sobre unas declaraciones de Rigoberta Menchu acerca de la supuesta profecía maya sobre el fin del mundo que debería ser ... dentro de un rato!
He aquí la noticia:
"Rigoberta Menchú lamenta el mal uso y las burlas hacia el calendario maya
La ganadora del Premio Nobel de la Paz hizo un llamado a la sociedad para dejar a un lado la idea sobre el fin del mundo
La Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, quien arribó el domingo pasado a Yucatán, México, lamentó "el mal uso" del calendario maya con la difusión de un supuesto fin del mundo, y llamó a revalorar el mensaje de paz y renovación que en realidad heredó dicha civilización.
"Es un buen momento para la reflexionar y pedir perdón por todo el daño a la humanidad", dijo durante la conferencia La cultura maya en el siglo XXI, dentro del Festival de la Cultura Maya 2012.
La promotora de los derechos indígenas se pronunció contra la errónea interpretación que se ha dado al calendario maya y que ha sido motivo de "burla en diferentes países", sobre todo Estados Unidos.
"Es una falsedad que se acaba la humanidad, porque eso es algo de mucho tiempo atrás. Debemos aprovechar para pedir perdón de todo lo malo que hemos hecho a lo largo de nuestra existencia", dijo.
Según Menchú existe "una total ignorancia del manejo del calendario maya", y "el sensacionalismo nos ganó. El 22 de diciembre, los mayas hablaremos de lo que significa el sagrado calendario maya".
Exhortó a la sociedad a realizar un "rito espiritual dejando atrás la religión para enfocarse en un encuentro propio. Hay incertidumbre en la humanidad. Es una burla lo que se ha hecho desde Hollywood sobre el calendario maya.
"El 21 de diciembre dediquen un momento para dar gracias a la vida, al sol, a la luna. Interactúen con el sol y la tierra, mediten, es una fecha espiritual para pedir perdón. El 22 esperen la salida del sol. será ahí cuando los mayas hablemos", indicó ante estudiantes, catedráticos y funcionarios de gobierno reunidos en las instalaciones del Gran Museo del Mundo Maya"
Las cosas más reales son aquellas que ni los chicos ni los hombres pueden ver
Hace mucho tiempo, el 21 de
septiembre de 1897, “The Sun”, un
periódico de Nueva York desaparecido en 1950, publicaba la respuesta del diario
a una carta enviada al director por una niña de ocho años que respondía al
nombre de Virgina O´Hanlon.
La pequeña, que vivía en el 115 Oeste de la calle 95, en el elegante Upper West Side de Manhattan, preguntaba a “The Sun” algo absolutamente elemental y trascendental para alguien de su edad: “Estimado director: Tengo ocho años. Algunos de mis amiguitos dicen que Santa Claus no existe. Mi papá me ha dicho: si lo ves escrito en el Sun, es que existe. Por favor, dígame la verdad; ¿existe Santa Claus?”
La pequeña, que vivía en el 115 Oeste de la calle 95, en el elegante Upper West Side de Manhattan, preguntaba a “The Sun” algo absolutamente elemental y trascendental para alguien de su edad: “Estimado director: Tengo ocho años. Algunos de mis amiguitos dicen que Santa Claus no existe. Mi papá me ha dicho: si lo ves escrito en el Sun, es que existe. Por favor, dígame la verdad; ¿existe Santa Claus?”
Lo que en cualquier redacción del
mundo hubiera ido directamente a la basura, se convirtió gracias a la pluma del
periodista Francis P. Church, en un artículo editorial inolvidable que, todavía
hoy, se sigue publicando, en fechas navideñas, en muchísimos medios
informativos del mundo.
El veterano reportero, que había
cubierto varias guerras y conflictos a lo largo y ancho del mundo, recibió con
desagrado inicial la tarea de dar cumplida respuesta a la carta, tal y como le
había encargado el director del periódico, Edward Mitchel. Pero, a pesar de
ello, Francis P. Church compuso una auténtica obra maestra, imposible de
relegar al polvo del olvido que habitualmente se acumula en las hemerotecas.
LA CARTA AL DIRECTOR DE VIRGINIA:
Querido Editor: Tengo 8 años. Algunos de mis pequeños amigos dicen que
Papá Noel no existe. Papá dice "Si lo dijeran en 'The Sun', así
sería". Por favor díganme la verdad ¿existe Papá Noel. Virginia O'Hanlon.
RESPUESTA DEL PERIODISTA FRANCIS P.
CHURCH:
Virginia, tus pequeños amigos están equivocados. Ellos han sido afectados
por el escepticismo de una época escéptica. Solamente creen lo que ven. Piensan
que no existe nada que no sea comprensible por sus pequeñas mentes. Todas las
mentes, Virginia, sean de hombres o de chicos, son pequeñas. En nuestro gran
universo, el hombre es un mero insecto, una hormiga, en su intelecto, en
comparación con el mundo ilimitado alrededor, y con la inteligencia
incalculable necesaria para aprehender toda verdad y conocimiento.
Sí, Virginia, Santa Claus existe. Él existe con tanta seguridad como
existen el amor y la generosidad y la devoción, y tú sabes que ellas existen y
dan a tu vida la mayor belleza y alegría. ¡Ay! qué triste sería el mundo si no
existiera Papá Noel! Sería tan melancólico como si no hubiera Virginias.
Entonces no habría f infantil, ni poesía, ni romanticismo para hacer tolerable
esta existencia. No tendríamos ningún placer, excepto por la razón o por la
vista. La luz con la que la niñez llena el mundo se habría extinguido.
¡No creer en Papá Noel! También podrías no creer en las hadas. Podrías hacer que tu papá ponga hombres a mirar en todas las chimeneas en Nochebuena para encontrar a Papá Noel, pero aún si no vieran a Papá Noel bajando, ¿qué probaría eso? Nadie ve a Papá Noel, pero eso no es una señal de que no existe. Las cosas más reales en el mundo son aquellas que ni los chicos ni los hombres pueden ver. ¿Viste hadas bailando en el prado? Por supuesto que no, pero esa no es una prueba de que ellas no estén allí. Nadie puede concebir o imaginar todas las maravillas que todavía no se han visto o que son invisibles en el mundo.
¡No creer en Papá Noel! También podrías no creer en las hadas. Podrías hacer que tu papá ponga hombres a mirar en todas las chimeneas en Nochebuena para encontrar a Papá Noel, pero aún si no vieran a Papá Noel bajando, ¿qué probaría eso? Nadie ve a Papá Noel, pero eso no es una señal de que no existe. Las cosas más reales en el mundo son aquellas que ni los chicos ni los hombres pueden ver. ¿Viste hadas bailando en el prado? Por supuesto que no, pero esa no es una prueba de que ellas no estén allí. Nadie puede concebir o imaginar todas las maravillas que todavía no se han visto o que son invisibles en el mundo.
Puedes romper el sonajero de un bebé y observar qué es lo que genera el
ruido adentro. Pero hay un velo cubriendo el mundo invisible que ni el hombre
más fuerte, ni aún la fuerza unida de todos los hombres más fuertes que alguna
vez hayan vivido, puede romper. Solo la fe, la poesía y el amor romántico
pueden descorrer esa cortina y mostrar la suprema belleza y gloria que hay
detrás. ¿Es todo eso real? Ah, Virginia, en este mundo no hay nada más real y
perdurable.
¡Que no hay Papá Noel! Gracias a Dios, él vive y vivirá para siempre.
Dentro de mil años, Virginia, más aún, dentro de 10 veces 10.000 años, él
continuará alegrando el corazón de los niños.
Francis P. Church, "The New York
Sun", 1897
LA INFANCIA DE JESUS
Acabo
de leer LA INFANCIA DE JESUS, de Joseph Ratzinger Benedicto XVI (ed
Planeta, 2012), una obra que me apresuro a recomendar (algo que no hice con sus
anteriores libros sobre Jesús pues me resultaron más teológicos que históricos).
Y no la recomiendo solamente por las fechas que vivimos, sino también porque aporta algunas ideas y datos históricos
sobre el nacimiento e infancia de Jesús muy interesantes. El tratarse,
además, de un estudio realizado por un Papa redobla su interés.
Comparto
con quien desea leerlas, algunas notas que he ido tomando mientras avanzaba la
lectura de esta obra. Añado siempre entre paréntesis la página del libro en la
que se recoge la idea anotada.
1.
Nacimiento virginal de Jesús: el papa en este apartado no tiene demasiado
margen de maniobra, ni puede hacer demasiadas concesiones a la ciencia,
zanjando el debate con un "Dios
triunfa sobre las leyes de la materia" (págs. 62-63). Indiscutible
para un creyente, pero poco convincente para quien no lo es o simplemente duda.
2. Fecha del nacimiento de Jesús: Benedicto XVI reconoce el error de cálculo del
monje Dionisio el Exiguo y afirma que la fecha real del nacimiento fue unos
años antes (págs. 68-69). Aunque esto es algo bien sabido por todos los
historiadores, reconforta comprobar que el Papa se suma con su autoridad a la
moderna historiografía. Aporta, además, una interesante la explicación
cronológica del famoso "censo de
Cirino" (básica para ubicar cronológicamente el nacimiento de Jesús
entre el 7-4 antes de Cristo), a la que alude Flavio Josefo.
3.
Lugar de nacimiento: no hay dudas y su explicación es bastante
convincente: "Jesús nació en Belén y
creció en Nazaret" (pag. 73). Ésta es precisamente una de las explicaciones del Papa que más
convincente resulta. Lo tenia difícil porque, como es bien sabido, la elección
de Belén como lugar de nacimiento de Jesús tenía toda la pinta de haber sido
forzada por los evangelistas para "demostrar" la profecía del
nacimiento del "rey de los judíos" en una ciudad cuna de reyes (David
nació en Belén). Igual sucede con otros pasajes de la natividad (genealogía de Jesús
entroncada con el rey David por parte de José padre "adoptivo",
nacimiento virginal, huida a Egipto, matanza de los inocentes,...), pero la
explicación histórica que da Benedicto XVI está bien fundamentada. No voy a
explicarla pues el papa ya lo ha hecho en su libro, pero adelanto que tiene que
ver con el censo de Cirino y la necesidad de desplazarse el padre (José) a su
ciudad de origen para dar fe de sus propiedades. Encaja bien, pero no excluye
otras interpretaciones.
4.
El asno y el buey, que tan estúpida polémica han suscitado entre quienes no han leído
jamás los Evangelios. Dejo hablar a Benedicto XVI: "El pesebre hace pensar en animales, pues es allí donde comen. En el
evangelio no se habla en este caso de animales" (pag. 76). Benedicto XVI, sin embargo, reconoce la fuerza
iconográfica que tiene la tradición ("Ninguna representación del
nacimiento renunciara al buey y al asno", pág. 77) aunque el buey y el
asno no aparezcan expresamente en los Evangelios (eso lo sabe cualquier escolar
que haya leído a Mateo o Lucas). El papa cierra este anecdótico apartado,
calificándolo muy acertadamente de divagación: "después de esta divagación, volvamos al texto del evangelio"
(pag. 77). Y creo que tiene toda la razón: esa "divagación" ni tiene
importancia histórica, ni moral ni teológica.
5.
Interesante
también la explicación del canto de los ángeles
ante el nacimiento de Jesús: "Gloria
a Dios en el cielo y paz a los hombres de buena voluntad", sobre la
cual Benedicto XVI también hace algunas precisiones basadas en la más moderna
exégesis. Mejor que "hombres de buena voluntad", se trataría de
"hombres en los que Dios se complace"
dando a entender que Dios ama a quien recibe la gracia de amarle en libertad
(pags. 81-82). ¿Ama solo a quien le ama? Se trata de una afirmación que puede
sorprender un poco, pues uno siempre pensó que Dios amaba a todas las
criaturas, pero el papa deja abierto el gran interrogante de la Gracia de amar
a Dios y la Libertad del hombre para hacerlo o no (pág. 83).
6.
Los Reyes Magos de Oriente: Resulta también muy racional la explicación de
los "Magos (sabios, astrónomos) de Oriente" en los que el papa quiere
ver una señal de la "sabiduría que conduce a Dios" (págs. 98 y ss);
pero asumiendo también que en "Hechos de los Apóstoles" el Mago es más
bien un representante del demonio o en el mejor de los casos un embaucador (pág.
99). En este capítulo, el papa vuelve a enfatizar la verdadera fecha
"histórica" del nacimiento de Jesús (en el año 6 o 7 antes de Cristo)
para ponerla en relación con "la
conjunción astral de Júpiter, Saturno y Marte en el signo zodiacal de Piscis"
(alude a Keppler y la teoría del cometa) sobre cuya base al parecer se esperaba
el nacimiento del "dominador del mundo" (de nuevo, el papa se apoya
en argumentos de autoridad histórica como son Tácito o Suetónio, lo cual es muy
de agradecer).
7.
La matanza de los inocentes perpetrada, según los Evangelios, por Herodes no queda, sin embargo,
suficientemente justificada. El Papa, no obstante, explica bien el contexto
histórico y los crímenes "políticos" - históricamente probados- de
Herodes (sus tres hijos, justo entre los años 6 y 4 antes de Cristo, momento
-repito- en que nació Jesús). Concluye que aunque no hay pruebas históricas,
una matanza así muy bien pudo producirse tratándose de un personaje como
Herodes, cuya "realpolitik"
no sería frenada por unas decenas de niños (págs. 113-115).
8.
El libro
termina con el epílogo "Jesús en el templo a los doce años"
(págs. 124-132). Es quizás el capítulo que menos me ha aportado, pues el
simbolismo de la conversación de Jesús con los sacerdotes del Templo y la
respuesta que da a sus padres es demasiado evidente. Se explica sin necesidad
de mucha ayuda.
En resumen, LA INFANCIA DE JESUS es una obra amena,
historicista y honesta en sus planteamientos (reconoce errores y acepta
dudas y lagunas). Sin embargo, el Papa no puede explicar -tampoco lo pretende-
algunos de los dogmas de fe como la virginidad de María (en sus obras
anteriores tampoco lo hizo con la Resurrección). No tiene más remedio que
apoyarse en el recurso de "Dios está
por encima de las leyes de materia", un argumento que nunca satisfará
al estudioso que carezca de fe. Merece la pena leerla y congratula saber que el
representante de Dios en la tierra es capaz de realizar tan interesante ensayo,
sin caer en la tentación del “Roma
locuta, causa finita”.
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